En 1960 ingresó en la Escuela Superior de Bellas Artes de San Jorge en Barcelona.

Desde el año 1963 participó en numerosas exposiciones individuales y colectivas en España y en el extranjero. Se le considera uno de los mejores intérpretes del “puntillismo español”.

Cifre supo moverse dentro de este realismo (casi surrealismo) con una gracia y una intención que no puede menos de destacarse. Este personaje que tenía una visión global y armónica de la vida fue  un mallorquín genuino, convencido, que reflejó, posiblemente sin pretenderlo, lo más esencial y característico de su tierra: los almendros en flor, el color de Mallorca que veía brotar por todas partes, etc… Gracias a su rica personalidad, que evolucionó en todas direcciones, nos ha dejado infinidad de  paisajes mallorquines con su particular percepción del color baleárico.