Podemos apreciar una obra (paisajes y marina en su mayoría) realizada con sensatez y ordenamiento. Cuidada de línea y cuidada de colorido, estas obras nos hablan de estudio y de preparación, condiciones indispensables para poder realizar una auténtica obra de arte. En Rullán vemos acentuada la preocupación por la medida y por el rigorismo que podríamos llamar preceptivo. Frente a la improvisación, el ordenamiento. En la obra de este pintor vemos una factura ordenada y bien meditada y un color que hace posible la visión agradable de los temas expuestos.